Las últimas semanas están siendo especialmente calurosas en la comarca de las Vegas Altas, una de las zonas de la región extremeña donde se concentra una mayor superficie de cultivos de regadío.
Ahora, cientos de agricultores continúan inmersos en plena campaña de cosecha, bien sea del tomate de industria, de fruta e incluso de maíz en algunos casos.
Por eso, es interesante saber cómo y de qué manera afectan estas elevadas temperaturas a estos cultivos y a otros muchos. Temperaturas como las de la semana actual, con más de 42 grados en algunos casos, afecta a los cultivos igual que afecta a los humanos, dado que el sol puede producir quemaduras y lesiones de diversa gravedad en hojas, tallos, troncos y frutos.
Los golpes de sol provocan millones de euros en périddas en la fruticultura mundial, además de importantes problemas fisiológicos. El calor y la radiación excesiva, según los expertos, reducen la calidad comercial y el rendimiento de las explotaciones.
Y es que a mayor temperaturas se produce una mayor evaporación, lo que da lugar a una menor absorción de agua y por lo tanto a una planta que puede resultar ser más débil, además de tener un follaje menos denso, que a su vez expone el fruto a más radiación.